Cajonera

Hola.

Hoy os voy a enseñar mi último trabajo.  Le llamo así, porque me ha dado mucho, mucho, mucho trabajo.

Se trata de una preciosa cajonera de pino rojo de la que me enamoré en una visita que hice a a la tienda de antigüedades A Cova, en Negreira. Fue amor a primera vista y mi marido me la regaló.

Según me contó Aitor, el anticuario, la trajo desde Dublín y parecía haber pertenecido a un oculista, porque en los laterales del interior de los cajones tenía unas maderas con finas ranuras donde irían los cristales de las gafas y también encontré etiquetas con nombres de medicinas.

Me puse manos a la obra.  Desatornillé los 16 tiradores de latón.

Lijé, uno a uno, cada cajón para quitarle el tinte (lo que me provocó una tendinitis).

 

    

Hasta que me encontré con unos bichitos indeseables que se estaban comiendo MI mueble.

Tuve que quitarle el fondo a algunos cajones y ponerle madera nueva, inyectar cada agujero con matacarcoma, e impregnar todo el mueble con brocha.

Lijé y apliqué matacarcoma varias veces.  ¡Utilicé tres latas de 2,5 litros cada una!

Por último le apliqué una capa de tapaporos y volví a lijar.

La madera quedó suave, pero yo no estaba totalmente segura de que el mueble hubiese quedado completamente desinfectado y me daba miedo que pudiese infectar a otros muebles de la  casa.  Me puse en contacto con Aitor, le expliqué la situación y él se ofreció a recoger la cajonera, llevarla a una cámara hiperbárica en A Coruña y devolvérmela con certificado de garantía de total desinfección, sin coste alguno.

Cambié los tornillos de latón para los tiradores, ya que los que tenía estaban en mal estado.

Después de siete meses de trabajo, así ha quedado mi supercajonera, con su color natural y acabado a la cera.

Para meter todas mis cos-Titas.

Espero que os guste.